October 14 Vatican Briefing - ZENIT photo by Deborah Castellano Lubov

Synod on the Amazon 2019: Spanish Relatio Texts: Groups A, B, C, D & E

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Here are the original texts of the synod ‘small circle’ reports from the Spanish-speaking groups A, B, C, D & E. Thursday afternoon, during the course of 13th General Congregation on the Synod on the Amazon, the Reports of the 12 Minor Circles were presented. These ‘Minor Circles’ met in recent days to reflect in the light of the contributions that emerged during the debate held in the previous General Congregations. Translations will be provided as soon as possible:

* * *

Circolo Español “A”

Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. José L. AZUAJE AYALA
Moderatore:
 Sua Em.za Rev.ma Card. Carlos AGUIAR RETES

La Relación del Circulo Hispanicus “A”, moderada por S. Em. Cardenal Carlos Aguiar Retes, consideró los siguientes temas:

1. Ecología integral y conversión ecológica
Como Cristianos, debemos preocuparnos por la creación, porque según el relato del Génesis, la creación es un acto querido por Dios, los distintos relatos de las Escrituras lo ratifican, y, el Apóstol Pablo dice que la creación sigue sufriendo dolores de parto hasta que venga la manifestación gloriosa de Cristo. Esta consideración del Apóstol habla de la interconexión, que como en la amazonia, se percibe una gran armonía, entre el agua, la tierra, la flora, el aire, el sol, la fauna, los seres humanos, que se ve distorsionada y amenazada por la ambición del hombre que pone el capital sobre el valor máximo de la creación.

Se constata una vez más que estamos en emergencia ante la crisis ecológica, que a su vez es fruto de la crisis antropológica, el ser humano desordena lo creado provocando la crisis que involucra a toda la creación.

La propuesta es una conversión ecológica integral que atienda al ser humano y a la naturaleza, que sepa distinguir entre el uso y el abuso de las cosas. Esta conversión pasa por dos momentos: 1. Haber asumido la conversión personal, que parte del encuentro con Jesucristo, y que abarca la estructura personal, social y eclesial; y, 2. La conversión pastoral a la luz de Jesús buen Pastor que da la vida por todos y nos invita a asumir actitudes nuevas en este mundo, asumiendo su responsabilidad y compromiso, porque cualquier acción repercute para bien o en detrimento de la vida propia, de los demás, y la creación entera, ya que todo está conectado.

La conversión ecológica, lleva a la Iglesia asumir su rol profético, denunciando la violación de los derechos humanos de las comunidades indígenas y la destrucción del territorio amazónico por el extractivismo y otras malas practicas que vulneran los derechos de los pueblos y la naturaleza.

Se propone que los nueve países de la Panamazonía, busquen nexos eficaces para estar más conectados y que desde el Sínodo se proponga la realización de LA SEMANA DE LA CREACION, para crear una verdadera conciencia de conversión ecológica en todos.

2. Formación de la comunidad de discípulos
La misión de la Iglesia es hacer discípulos de Jesucristo, cf. Mt 28,16-20. En la Amazonia, hay que construir una Iglesia de discípulos con rostro Amazónico, con una formación que parta desde los principios y valores de los pueblos y culturas allí presentes. No se puede llegar con planes pre confeccionados, se tiene que asumir sus valores: como la comunidad, la familia, la espiritualidad, la comunión de bienes, el respeto a la Casa común. No se puede separar la formación de la familia, es el lugar donde se forma el valor de la vida, del bien común. la familia es el lugar para la conversión ecológica.

En el ámbito amazónico, debe existir una formación que parta desde su realidad, cualquier plan de formación de los discípulos misioneros deben partir desde la antropología cultural de la Amazonía, para adentrarse luego en el ámbito bíblico y pedagógico pastoral. En la formación no se puede ir con una actitud de conquista, sino desde una perspectiva sinodal, de diálogo y escucha, de discernimiento y toma de decisiones.

La familia y los jóvenes deben ser ámbitos prioritarios para los procesos formativos, respetando el modo propio de organización comunitaria, dado que muchas políticas públicas afectan a la identidad familiar y colectiva. También la formación debe generar espacios de interacción con la sabiduría de los pueblos indígenas, ribereños y quilombos que viven en las ciudades, para que no pierdan su identidad y logren su integración y espacios de vida.

Se propone que se tenga una formación integral para todos los agentes de pastoral que sirven en la amazonia y para las Vocaciones sacerdotales, se propone la creación de seminarios indígenas, que no sean internados, sino una casa abierta a la cultura y cosmovisión de la región, se propone que la formación ministerial se haga en el mismo territorio, impulsando tareas y quehaceres desde la perspectiva local con sentido misionero.

La aplicación de la Ratio fundamentalis, debe profundizar más el sentido misionero, durante el año pastoral, los Seminaristas de la región, puedan entrar en contacto directo con los pueblos de la amazonia, para lograr una conciencia misionera en los candidatos, porque la formación no debe formar para el pasado sino para lo que se nos viene.

3. El papel de la mujer en la vida de la Iglesia
La Iglesia proclama la dignidad e igualdad entre el hombre y la mujer, a pesar de esto todavía se ven discriminaciones del mundo femenino, reflejado en los espacios de toma de decisiones y en la representatividad dentro de la Iglesia. En el mundo indígena, la mujer es la que trabaja en múltiples facetas, es la que transmite la fe. Es muy eficiente la participación de la mujer en la Iglesia y la amazonia, es una presencia testimonial y responsable en la promoción humana.

Se hace necesario que en una Iglesia Sinodal la mujer asuma responsabilidades pastorales y de dirección, debe haber un reconocimiento de la mujer en la Iglesia a través de la ministerialidad; por ello se propone que se realice un Sínodo dedicado a la identidad y servicio de la mujer en la Iglesia donde las mujeres tengan voz y voto.

4. Los jóvenes
Una preocupación especial del Sínodo está en los jóvenes, sobre todo los indígenas, que haciendo uso del mundo digital, encuentran posibilidades atractivas que los desarraiga de sus territorios. El mundo digital les conecta con lo conocido y desconocido. Es un nuevo reto de la Iglesia en la Amazonia Los mismos pueblos amazónicos están sufriendo por la perdida de identidad de sus jóvenes que buscan un mejor futuro mas allá de su cultura.

Otro reto eclesial es ayudar a mantener la identidad cultural sobre todo de aquellos jóvenes que salen a las grandes ciudades, ya sea por estudio o trabajo. Es necesario acompañar procesos de transmisión y aceptación de la herencia cultural y lingüística en las familias, para superar las dificultades en la comunicación intergeneracional. Pensando en el bienestar de los jóvenes, se debe trabajar en su acompañamiento. La Iglesia debe estar presente en el mundo digital, pero sin prescindir el acompañamiento personal.

5. Vida consagrada
Se debe hacer un reconocimiento por la gran tarea misionera que ha realizado la vida consagrada en la Amazonia, ciertamente su misión ha sido grande. Hoy por la crisis vocacional, la presencia de la vida consagrada ha disminuido, pero quienes están cumplen una misión eclesial muy intensa, con la opción por los más pobres. Hoy ante la disminución de vocaciones, muchas congregaciones han salido de la Amazonia y se han concentrado en las ciudades, lo que lleva a ver no solo una disminución numérica de la vida consagrada, sino también del significado y la acción misionera y el rol profético que siempre ha marcado a la vida consagrada.

Se pide una renovación de la vida religiosa, que, desde la CLAR, se impulse un nuevo ardor, con nuevos modos, presencias y valorando las ya existentes, en especial la vida contemplativa.

6. Vicariatos Apostólicos
La mayoría de Vicariatos Apostólicos fueron confiados a diversas Ordenes y Congregaciones religiosas, para que sostengan con personal y apoyo económico. La realidad ha cambiado, la disminución de las vocaciones en la vida religiosa ha cambiado el panorama y la presencia en los Vicariatos es poca. Se propone que se revise el ius comissionis, y que sean adoptados o asumidos por alguna Diócesis. Las Conferencias Episcopales, pueden asumir como una tarea misionera de la Iglesia.

Otra propuesta es revisar los límites de las jurisdicciones, para reducir sus territorios y hacer más efectiva la atención pastoral en las comunidades.

7. Defensa de los derechos
La Iglesia, por su dimensión profética, está llamada a anunciar y denunciar las realidades de la Amazonia, en cuanto a los derechos de los pueblos y de la naturaleza. Ante las grandes amenazas que sufre el territorio y los pueblos, la voz de la Iglesia es importante, tiene que hablar en forma colegial, no de manera personal, para que tenga fuerza y eco ante los organismos gubernamentales.

Se propone la conformación de un organismo eclesial Panamazonico y un observatorio en defensa de los derechos humanos, para que la Iglesia que incide en algunos foros del mundo pueda llevar la voz de la Amazonia en defensa de los territorios y los pueblos. La Iglesia tiene la tarea de acompañar y proteger la vida de los defensores de los derechos humanos, que muchas veces son criminalizados por los poderes públicos.

Se propone continuar con los procesos de beatificación de los mártires de Amazonia.

8. Diálogo con la cultura
El Concilio Vaticano II, en la Evangelii Nuntiandi 19, dice que la cultura está en el corazón tanto de la persona como de los pueblos, los valores de juico, valores determinantes, líneas de pensamiento, fuentes inspiradoras y modelos de vida. Las distintas expresiones de los pueblos, deben manifestar su identidad, hoy se corre el riesgo de folclorizar la cultura. Los ritos, música, danza, son expresiones del pueblo, que no pueden estar a parte de su identidad, porque son expresión de sus sentimientos y espiritualidad. Hoy con la globalización e influencia de los medios, se siente que la identidad cultural, sobre todo en la generación de los jóvenes, está amenazada, desde ahí el llamado a crear una Iglesia con rostro amazónico, es decir con identidad propia, desde la realidad cultural de los pueblos.

En la Liturgia y la religiosidad popular, se manifiesta la expresión cultural del pueblo que iluminan la vida y la fe de las culturas. Hay que cuidar y discernir para purificar lo que va en contra del Evangelio y de los valores de la misma comunidad. La religiosidad en el mundo indígena debe favorecer aquellas expresiones que sean manifestación del misterio de Dios y demuestren el buen vivir y el bien hacer en las comunidades y pueblos.

9. Los ambientes de la Amazonia

El ambiente Educativo – formativo
En algunas realidades, el estado no ayuda a los procesos educativos llevados por la Iglesia en la Amazonia, mas bien, se obstaculiza, pero la Iglesia no puede renunciar a su misión de educadora de los pueblos. En la Amazonia, la Iglesia ha estado presente en la educación desde el inicio, porque es la base fundamental para que los pueblos no pierdan su identidad. La educación es la respuesta al sostenimiento de la cultura e identidad de los pueblos y también genera la formación para una ecología integral.

Se propone la creación de una red de Instituciones educativas de la Amazonia, que ayuden a buscar nuevos caminos en orden a una ecología integral, aprovechando los recursos que tienen en cada lugar y buscando acciones conjuntas que promuevan el cuidado de la casa común.

La educación bilingüe, llevada por los propios habitantes de las comunidades ayudará a su crecimiento, a través de una educación integral y de calidad que sea generadora de oportunidades de trabajo.

Un llamado a las universidades para que lideren procesos educativos que ayuden a implementar programas que impulsen nuevos caminos para la educación de una ecología integral.

El ambiente de salud
Que los pueblos puedan compartir los saberes ancestrales de la medicina alternativa y generar un intercambio de conocimientos entre los pueblos originarios para crecer en el buen vivir. Dar a conocer el valor de las plantas medicinales de los territorios amazónicos, con la ayuda de la educación para que se cuide y promueva el conocimiento de la medicina alternativa y no se vea explotada o patentada por personas malintencionadas.

Pueblos en aislamiento voluntario
Son pueblos que decidieron tomar esta opción de vida, necesitan la defensa de sus territorios, porque cada vez son mas desplazados por la presión de las autoridades civiles que les limita y les quita sus territorios, es una gran injusticia que debe ser comunicada para generar el respeto de estos pueblos.

La Politica
Lo importante de la formación política para darle profundidad a la formación y al acompañamiento que realiza la Iglesia en las comunidades, se busca formar no solo un líder, sino un grupo de trabajo que se ayude, se acompañen, se defiendan y no caigan en los males de la política como la corrupción. Que la escuela de lideres promueva la alternabilidad generacional, para que haya continuidad en los proyectos que busquen el bien común.

10. Comunicar los rostros amazónicos.
Hay que discernir si en la amazonia existe solo un rostro amazónico o cambiar la expresión a rostros de la Amazonia, a través de la cual se exprese la identidad de las poblaciones que viven en un territorio concreto. Este rostro-rostros es inculturado y misionero, acompañado por la Iglesia que evangeliza y abre caminos para los procesos de vida evangélicos de los pueblos. Es un rostro con un renovado sentido de la misión, profético y samaritano, abierto al dialogo, intercultural e interreligioso.

La Iglesia Amazónica con identidad propia sale al encuentro de los demás pueblos y culturas y pide ser espetada y reconocida

[01661-ES.01] [Texto original: Español]

Circolo Español “B”

Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Francisco J. MÚNERA CORREA, I.M.C.
Moderatore: 
Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Edmundo P. VALENZUELA MELLID, S.D.B.

Dos momentos muy significativos de comunión y participación en clave sinodal fueron los que vivimos como Círculo Menor. El primero fue iniciando los trabajos el día jueves 10 de octubre. Allí, todos los participantes pusimos en la mesa nuestras expectativas, preocupaciones y esperanzas con el corazón y la mente anclados en los clamores de nuestras respectivas comunidades eclesiales y en las respuestas de esta Asamblea Sinodal. El segundo momento, lo vivimos retomando los trabajos de los Círculos, el día miércoles 16. Este fue un momento de fuerte cuestionamiento en que dejamos que resonara dentro de nosotros el llamado del Papa Francisco a toda la Asamblea sinodal a ubicarnos más allá de nuestras perspectivas todavía muy de cálculo humano y ponernos más en la lógica del “desbordarse” de Dios hacia nosotros en amor, gratuidad y misericordia para abarcar con esta otra mirada la obra que el Señor nos pide como Iglesia que a la vez se hace “presencia viva” y camina “itinerante” en la Amazonía.

Durante los trabajos de los Círculos Menores, nuestro círculo afrontó y profundizó en tres grandes temas concernientes con la Vida y acción evangelizadora de la Iglesia en la Amazonía, a saber: 1) La Ministerialidad; 2) la defensa de la vida y los derechos humanos y 3) La acción de la Iglesia en el cuidado de la “casa común”.

1. UNA NUEVA MINISTERIALIDAD PARA LA IGLESIA EN LA AMAZONÍA
Para abordar este tema se partió de una mirada a la realidad de la Iglesia en la Amazonía a través del diagnóstico ofrecido por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), referido a la presencia y ausencia de los diferentes ministerios laicales y ordenados en las jurisdicciones de nuestros países: Esto nos permitió tomar mayor conciencia de la inmensa necesidad de fortalecer esta dimensión esencial para una Iglesia con rostro propio amazónico e indígena.

1.1. La institución de nuevos ministerios laicales
Nuestro Círculo ve muy necesario el fortalecimiento de los ministerios laicales a partir de la implementación de los ministerios instituidos del Lectorado y el Acolitado prevista ya en el Motu Propio “Ministeriam Quaedam” (1971), pero ampliando su aplicación no sólo a los varones sino también a las mujeres. Es importante, además, que se perfile una ministerialidad diversificada para la Iglesia en la Amazonía que tenga en cuenta aquellos ministerios que miran al cuidado y crecimiento de la vida al interior de la comunidad, entre los que sobresalen el ministerio del animador, coordinador y guía de la comunidad y el ministerio del catequista. Luego, según las necesidades locales aparecen una variedad enorme de servicios que también podrán ser instituidos, previo discernimiento dentro de la comunidad eclesial.

En relación con la acción evangelizadora hacia la sociedad en la Amazonía se ve muy conveniente establecer e instituir ministerios que miren a los distintos ámbitos de la acción misionera de la Iglesia tales, como el arte, la cultura, la salud, la política, la educación, el medioambiente y otros. En esta perspectiva se ven muy oportuno y necesarios el ministerio del cuidado de la casa común, el ministerio de la acogida y la hospitalidad que ayude a asumir y acompañar la situación de los migrantes y el ministerio que mira a la realidad de las comunicaciones sociales y las nuevas tecnologías. No se debe perder de vista que todos estos ministerios laicales están en la lógica del servicio y la gratuidad y han de estar plenamente integrados en las dinámicas culturales de sus propias comunidades, ya sean indígenas, campesinas o urbanas de nuestra Amazonía. Su institución debe ser formalizada en el rito, previa la formación conveniente y el sucesivo acompañamiento.

1.2. El Ministerio del Diaconado Permanente
En la reflexión en torno al Diaconado permanente, este Círculo invita a acoger y continuar aplicando las luces del Vaticano II en Lumen Gentium y a desarrollarlas según las orientaciones del Documento “Ad gentes” para una mayor inculturación de este ministerio en la Amazonía. Se propone, igualmente, que se destaque su vinculación directa con el ministerio del Obispo para abrir más su actuar hacia los pobres y las periferias misioneras. Su promoción, formación y acompañamiento sea realizado por medio de las Provincias eclesiásticas contando, además, con el apoyo por parte del CELAM y de la REPAM para configurar un organismo eclesial que consolide la tarea de su inculturación en la Amazonía.

1.3. Sobre la posibilidad de plantear la cuestión del Diaconado para las mujeres en la Iglesia
Acogiendo, y en sintonía, con varios pareceres expresados en el Aula Sinodal, este Círculo alienta para que se siga estudiando este asunto mirando más a sus posibilidades futuras que a su historia pasada. Además, se reconoce que muchas funciones propias de este ministerio son realizadas por las mujeres en la Amazonía, siendo ellas quienes sostienen en tantos lugares la presencia permanente de la Iglesia y alimentan los procesos de la fe.

1.4. La Formación Presbiteral
Este tema fue ampliamente considerado en el Círculo Menor, dada la importancia que reviste para el presente y el futuro de las comunidades eclesiales de la Amazonía el poder contar con suficientes y calificados Presbíteros con un perfil propio que aporte a los nuevos caminos que se necesitan en el Territorio. Por tal motivo, se apunta a una formación fundamentada en procesos personalizados y comunitarios de iniciación cristiana y de conversión permanente, confrontada con la inculturación y la interculturalidad y con una óptica altamente comunitaria y misionera. Todo ello implica una cuidadosa adaptación de la “Ratio Fundamentalis” y de la “Ratio Studiorum” a las condiciones de la Amazonía y de la reflexión de la Teología indígena, además de una cuidadosa selección y preparación de los formadores que comprendan afectivamente el territorio y sus dinámicas.

A la base de todo esto ha de estar una fuerte opción por la pastoral juvenil y vocacional en nuestras respectivas Iglesias particulares. No olvidar que son los jóvenes evangelizados los que le dan un rostro joven a la Iglesia. A nivel de propuestas más concretas se subraya la posibilidad de crear un seminario indígena para la Amazonía.

1.5. Acerca de la Ordenación sacerdotal de varones casados en la Amazonía
El planteamiento de este asunto ha sido visto por el Círculo menor en la óptica de escuchar y discernir la voz del Espíritu que nos invita a acoger el clamor de nuestras comunidades y a mirar con compasión la manera en que se podría dar una respuesta acertada para que la vida sacramental vinculada a la presidencia de la comunidad por el Sacramento del Orden fluya para el crecimiento cristiano personal, comunitario y misionero del Pueblo de Dios de nuestra Amazonía. La propuesta va encaminada a pedir al Santo Padre la posibilidad de conferir el Presbiterado a varones casados para la Amazonía, a modo excepcional, bajo circunstancias específicas y para algunos pueblos determinados, estableciendo claramente las razones que lo justifican. No se trataría de ningún modo de presbíteros de segunda categoría. Es de tener en cuenta que son muchas las voces que insisten para que este tema sea decidido para la Amazonía en la Actual Asamblea Sinodal. Otras voces, en cambio, piensan que debería ser estudiado y definido en una Asamblea Sinodal específica.

1.6. La Pastoral de la “itinerancia” en la Amazonía
El Círculo menor propone reconocer el valor significativo, complementario e interdisciplinar que tiene esta Pastoral de la “itinerancia” sirviendo las diversas fronteras geográficas y culturales de nuestra Amazonía y ve en esta experiencia un referente muy valioso que pone al lado de la presencia e inserción un estilo de vida y una espiritualidad del camino, de la visitación y de la no instalación cómoda. Estas experiencias, que están siendo acompañadas por la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR), han de seguir promoviéndose en mayor articulación con las distintas jurisdicciones eclesiásticas.

2. LA ACCIÓN DE LA IGLESIA EN LA DEFENSA DE LA VIDA Y LOS DERECHOS HUMANOS
Un primer aspecto a ser considerado es que todas las pastorales presentes en nuestros planes de Evangelización han de estar en función de la vida y la vida en abundancia en Cristo, como lo proclama el Documento de Aparecida acogiendo las urgencias y los llamados fundamentales de la Amazonia.

A partir del reconocimiento de la fragilidad de la Amazonía y también la de la Iglesia que allí vive, se pide fortalecer la comunión y la solidaridad a todos los niveles, valorando las experiencias de integración de iglesias fronterizas, tanto en cada país como en los limítrofes; aprovechar y fortalecer el Observatorio de Realidad del CELAM al servicio de los países de la Amazonía; afrontar conjuntamente el desafío de las migraciones con una debida pastoral de la acogida y la hospitalidad.

Un “mapeo” actualizado y el conocimiento de los estándares internacionales exigidos a nuestros gobiernos son dos instrumentos permanentes para la defensa y la promoción de la vida y el territorio. Con estos dos instrumentos, la Iglesia, a través de las comisiones de Justicia, paz y cuidado de la creación y de las Conferencias Episcopales, puede llevar a cabo una exigibilidad permanente ante las instancias internacionales, siempre en la defensa de la vida de los más débiles y del territorio.

Las violencias de todo tipo y, en especial hacia la mujer y la hermana “madre tierra”, requieren una atención especial. Ha surgido la inquietud sobre una posible relación entre la violencia contra la mujer y la violencia contra la tierra. Todas demandan una mayor denuncia profética de parte de la Iglesia y una mayor protección y solidaridad a través de la cultura del diálogo y el encuentro, favorecida por la espiritualidad y pedagogía de la paz y la reconciliación para la resolución de conflictos que permita generar espacios de respeto y no violencia a nivel de la familia, de las instituciones educativas, de los ambientes laborales y otros.

3. ACCIÓN DE LA IGLESIA EN EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
Se hace imperativo en nuestras Iglesias particulares la profundización, adaptación e implementación de la propuesta programática de la “Laudato Si” en el capítulo V para el tema de incidencia y en el capítulo VI para la educación y la espiritualidad.

En consonancia con IL 56 consideramos fundamental promover todas las acciones que nos lleven a sensibilizarnos, a tomar conciencia y a comprometernos con el cuidado de la casa común. Esto debe ser sostenido por una espiritualidad que nos fortalezca en el llamado a escuchar, contemplar y anunciar.

De ahí la insistencia en propuestas que lleven efectivamente a un cambio de paradigma en nuestra relación con los hermanos, sobre todo los pobres y la hermana tierra: “Escuchar el clamor de los pobres y de la tierra”.

Dentro de las acciones propuestas queremos resaltar, primero que todo, el decidir para toda la Iglesia y como fruto maduro del Sínodo de la Amazonía una opción preferencial por el cuidado y protección de la Casa común y valorar las figuras inspiradoras de San Francisco de Asís, y de nuestros misioneros y mártires de la Amazonía. Otras propuestas tienen que ver con la implementación de la cátedra de “Ecología integral”; la integración de los saberes tradicionales de los pueblos indígenas ancestrales en salud, alimentación y otros); el rescate de los distintos rituales, símbolos y modos celebrativos de las comunidades indígenas (Cf. IL 126,); establecer diálogos con el ámbito de la economía para favorecer y fortalecer todas las prácticas sostenibles y amigables con el cuidado de la casa común; revisar, además, los hábitos de cultivos de nuestros campesinos y colonos andinos para integrarlos dentro de las buenas prácticas de las “chacras indígenas” en una visión más integral; incentivar todas las acciones de reparación significativas y alternativas que nos lleven a la protección de la casa común y promover una pastoral juvenil ecológica que lleve a los niños y jóvenes a conocer sus tradiciones y amar y cuidar la tierra.

[01662-ES.01] [Texto original: Español]

Circolo Español C

Relatore: Rev. P. Roberto JARAMILLO, S.I.
Moderatore: 
Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Jonny E. REYES SEQUERA, S.D.B.

1. ASUNTOS AMBIENTALES, DESARROLLO Y CAMBIO CLIMÁTICO
La experiencia creatural nos remite necesariamente a El Creador como fuente y culmen de todos los dones. Hechos de tierra (humus – homo / Adamáh – Adam) estamos interconectados en ella con todas las demás creaturas; responsables del cuidado de este jardín (génesis) descubrimos que el pecado se instala precisamente cuando esa relación se pervierte tornándose autorreferencial y antropocéntrica.

En la Amazonia la degradación de la casa común es evidente y amenaza todas las formas de vida. Los problemas de la destrucción de medio ambiente no son producto sólo de la codicia internacional, sino también de la acción de gobiernos y dirigentes que, guiados por fuertes intereses económicos expolian los territorios amazónicos desconociendo los derechos de sus habitantes originales y tradicionales. Esa corrupción llega – en ocasiones – hasta las comunidades regionales y locales, sean ellas urbanas, campesinas o indígenas, bajo la expectativa de beneficios abundantes, fáciles y rápidos.

La inmensa riqueza de la amazonia hace más gritante la creciente miseria de los empobrecidos. Si la Iglesia no levanta la voz será omisa ante este pecado (ecocidio). Talvez no podamos ahora derrotar el modelo desarrollista que impera, pero sí tenemos la necesidad de tener y dejar claro el: ¿dónde nos ubicamos?, ¿al lado de quién estamos?, ¿qué perspectiva asuminos?

No somos especialista en técnicas o en análisis científico, pero si somos y debemos ser cada vez más especialistas en humanidad porque sentimos, conocemos y compartimos los problemas desafíos de los pobres, y colaboramos en la búsqueda de alternativas. No somos científicos sino pastores y profetas. Y nuestro papel también es denunciar lo que no está funcionando.

2. DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS Y DE LOS PUEBLOS: TERRITORIO, CULTURA
El interés por la promoción y respeto de todos los derechos humanos para todos no es facultativo de nuestra fe. El ser humano, siendo parte de la creación, es la obra más acabada de El Creador y en él toda la creación (la economía, las formas sociales, no menos que el arte, la religión, etc.) encuentra su sentido y su dirección.

En todos los países amazónicos hay leyes que reconocen los derechos de los pueblos indígenas, pero en la práctica estas leyes no se cumplen. Las violaciones de los DDHH están estrechamente unidas a la dinámica de las formas de violencia y explotación que sufren los pueblos, particularmente los pueblos indígenas, quilombolas y pobres. No pocos hermanos y hermanas, muchos de ellos miembros de nuestras iglesias, han dado la vida martirialmente en su defensa.

Cuando hablamos de derechos estamos interconectando derechos humanos, derechos indígenas, derechos ambientales y derechos territoriales. Queremos por eso afirmar -en el contexto de este sínodo- y reconociendo la diversidad cultural y las tradiciones de los pueblos, el derecho inviolable a la vida de todos los seres humanos desde su concepción hasta la muerte natural, pasando por otros derechos generalmente desconocidos como: el de las mujeres, los jóvenes, los niños, los trabajadores, los enfermos, los discapacitados, los grupos minoritarios sin distinción de credo, color, cultura, orientación sexual, política o social, entre otros.

3. MIGRACIONES Y RESPUESTAS PASTORALES
Existen diferentes tipos de movilidad en el territorio amazónico: una movilidad tradicional de los pueblos originales (según territorios, alianzas, estaciones, etc.) y otra que responde a condiciones exógenas, generalmente ligadas a violencias de origen que motivan el desplazamiento.

La migración forzada, dado su incremento y volumen actual, es un inédito reto político, social y eclesial. Hay elementos positivos por el contacto intercultural y el aporte de los migrantes en las sociedades de acogida, y por la generosidad con que muchas comunidades eclesiales y otras organizaciones han recibido a estos hermanos y poblaciones migrantes. Pero al mismo tiempo hay historias desgarradoras de pecado, de excusión, de abuso, de sufrimiento, de humillación y de muerte.

Destaque especial en esta realidad lo tienen, actualmente, el éxodo venezolano y la realidad de los jóvenes impelidos a migrar atraídos por el “encanto engañoso” de la urbanización y sus medios de propaganda. Muchos de ellos son atrapados por el narcotráfico y el crimen organizado, y ven sistemáticamente irrespetados derechos humanos. Las poblaciones indígenas, las mujeres y los niños sufren las peores y más desgarradoras experiencias de abuso.

Es muy importante tener una pedagogía de la prevención para con las comunidades indígenas aisladas, que en la práctica se transforma en una política de defensa de sus territorios y derechos originales; son los más vulnerables, y sus territorios son objetos privilegiados de la codicia del mercado y los poderosos (mineras, petroleras, laboratorios internacionales, madereros, etc.)

4. EVANGELIZACIÓN INCULTURADA: ROSTRO Y CORAZÓN AMAZÓNICO
La Iglesia en la Amazonia tiene historias de luces y de sombras. Agradecemos la labor de muchos misioneros y misioneras que han dado su vida (tantas veces silenciosamente) compartiendo las condiciones y preocupaciones de los pueblos indígenas y pobres de la región.

Reconocemos también que en otras ocasiones la acción de la iglesia no ha estado a la altura del desafío del diálogo que genera una verdadera inculturación de la Buena Noticia, y que este desafío hoy nos cuesta más porque cuestiona directamente nuestra manera de proceder ordinariamente en las tradiciones pastorales y organizativas que nos dan seguridad.

Es necesario también reconocer que hoy en la Amazonia hay pueblos que han sido evangelizados por otras iglesias, y otros que no han sido evangelizados y / o que permanecen en legítimo aislamiento voluntario. Todos ellos sin distinción de credo, reclaman de nuestra iglesia católica que sepa caminar con ellos, que sepa ser una “iglesia en salida”, como un “hospital de campaña” que cure sus heridas y que, como el buen samaritano, sea ante todo una iglesia testimonial: “nosotros no les pedimos que vinieran; nunca nos pidieron permiso para entrar. Sin embargo, los recibimos como hermanos y los invitamos a ser nuestros aliados” (Anitalia Pijachi).

Las Comunidades Eclesiales de Base siguen siendo una referencia importante en la caminada evangelizadora e inculturada de la iglesia. Fueron y siguen siendo la gran intuición teológico pastoral de latinoamericana. Con facilidad y frecuencia -por malas experiencia de excesiva politización, mala comunicación y falta de acompañamiento – se ha opacado y olvidado su presencia y aporte.

Uno de los principales instrumentos de la historia de la evangelización en la iglesia ha sido el trabajo en las escuelas. También las acciones educativas se ven hoy cuestionadas por la necesidad de inculturarse y son desafiadas a buscar metodologías y contenidos adecuados a los pueblos con los cuales se quiere ejercer el ministerio de la enseñanza. Para ello el primer paso es el conocimiento profundo y cordial de sus lenguajes y sus lenguas, sus creencias y sus aspiraciones, sus necesidades y sus urgencias. Y lo que es dicho para la acción educativa vale igualmente para todo el trabajo de la iglesia y particularmente el de la liturgia y la catequesis.

5. NECESIDADES ECLESIALES Y NUEVOS MINISTERIOS
Nuestras comunidades eclesiales son abundantemente bendecidas por la multiforme acción del Espíritu Santo que suscita en ellas mujeres y hombres que se ofrecen con generosidad en el servicio a los enfermos, la oración común, la instrucción de los niños y la atención a los pobres, el cuidado de la salud, el anuncio explícito de la palabra de Dios, entre otros muchos ministerios. La ministerialidad laical ha de ser reconocida como un don del Espíritu, acogida mediante el discernimiento de la propia persona y de la comunidad, y confirmada y acompañada por los responsables de la comunidad.

Una iglesia profética parte del reconocimiento de la igualdad fundamental en derechos, condiciones, y deberes respecto de todos los seres humanos. Es importante que los servicios que encargados a las mujeres no las mantengan lejos de las instancias donde se toman decisiones en la Iglesia, pues es allí donde lo que predicamos se hace realidad. Dada la tradición de la Iglesia, es posible reconocer a las mujeres el acceso a los ministerios instituidos del lectorado y del acolitado, así como al diaconado permanente.

Constatamos también que muchas de las comunidades eclesiales del territorio Amazónico tienen enormes dificultades para acceder a la Eucaristía. Sin embargo, el Espíritu Santo continúa actuando en el seno de esas comunidades y distribuyendo dones y carismas, de tal manera que también se encuentran allí hombres casados de buena reputación, responsables, ejemplo de virtudes ciudadanas y buenos líderes comunitarios, que sienten el llamado a servir al pueblo de Dios como instrumentos de la santificación del pueblo de Dios. Será importante discernir, mediante la consulta al pueblo de Dios y el discernimiento del ordinario del lugar la conveniencia de que esas personas prepararse adecuadamente y posteriormente elegidas para el servicio presbiteral. No se trata de un sacerdocio de 3º o 4º grado, ni de un simple recurso funcional para la celebración de la eucaristía sino de verdaderas vocaciones (llamados) sacerdotales.

Desde la realidad de las iglesias amazónica dirigimos, finalmente, un llamado urgente a todas las iglesias del mundo, y muy particularmente a las iglesias de los países que componen la cuenca del río Amazonas para que vuelvan sus ojos y sus corazones hacia la Amazonia y se solidaricen con las urgencias de esta región. Su solidaridad se ha de manifestar principalmente con la acción misionera de laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas dispuestos a inculturarse y servir a las iglesias amazónicas, pero también con el compartir de recursos materiales u otros que vengan a reforzar las capacidades de servicio de los vicariatos y diócesis que servimos.

[01663-ES.01] [Texto original: Español]

Circolo Español “D”

Relatore: Rev.do P. Alfredo FERRO MEDINA, S.I.
Moderatore:
 Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Omar de Jesús MEJÍA GIRALDO

Introducción
No podemos perder la perspectiva y el horizonte de los NUEVOS CAMINOS que debemos transitar como Iglesia y a los que nos llama el SINODO. Más allá de los deseos, es necesario concretar las propuestas y definir, cuáles deberían ser esos nuevos caminos que deben surgir, desde una profunda conversión, donde podamos “corazonar” o escuchar el corazón (tener coraje para enfrentar la realidad y apostar por la vida en la Amazonia). Queremos focalizar algunos núcleos centrales de reflexión y profundización.

1. REALIDAD AMAZONICA AMENAZADA EN SUS TERRITORIOS Y PUEBLOS
El territorio Pan-amazónico y sus pueblos viven una permanente amenaza debido al modelo desarrollista y depredador, que se impone. Diversos megaproyectos están en curso, se ejerce violencia sobre los pueblos, los estados implementan políticas de concesión de los territorios y el narcotráfico, entre otros males, produce efectos nefastos en nuestra sociedad. Todo lo anterior, nos lleva a proponer la creación de un OBSERVATORIO sobre la violación de los DDHH, haciendo una alianza productiva entre la REPAM, el CIDH, los Episcopados nacionales, las Iglesias locales, las Universidades Católicas y otros actores no eclesiales en el continente e incrementar los acuerdos o convenios de la Santa Sede con organismos internacionales.

Son diversos los desafíos que tienen la Amazonia y para ello, como Iglesia tenemos que ser proféticos, tomar posición y crear alianzas, que nos permitan estar al lado de los más vulnerados. Es necesario, conocer a fondo lo que está pasando en nuestros territorios. Se requiere, por lo tanto, que cada Iglesia local o regional realice su propios diagnóstico y tenga una comprensión del territorio, para poder asumir una posición y tomar decisiones.

Debemos reconocer que aprendemos de los indígenas a cuidar el territorio, a preservarlo y a respetar la vida. Ponemos en evidencia la comprensión que tienen los pueblos indígenas de su territorio, diferente a una visión occidental y por ello una de nuestras labores como Iglesia, será la de hacer un llamado a los Estados a respetar y procurar que no prevalezca una visión del territorio sobre la otra.

2. IGLESIA MINISTERIAL DESDE UNA CONVERSION PASTORAL CENTRADO EN UNA ECOLOGIA INTEGRAL: CUIDADO DE LA CASA COMUN
Si evangelizar es hacer realidad una BUENA NOTICIA, nuestra acción pastoral debe tener como foco el territorio y la búsqueda o el reconocimiento del BUEN VIVIR, que son expresión del Reino de Dios. Tomemos conciencia que nuestra acción desde contextos, realidades y pueblos diferentes y variados (indígenas, campesinos, ribereños, afro-descendientes, colonos, urbanos) a quienes debemos reconocer, nos piden respuestas diversas. Nuestra apuesta, requiere dejarnos sorprender por lo nuevo, estar a la escucha de las personas y de la naturaleza con una mirada integral.

Tenemos urgencia de profundizar lo que significa una IGLESIA MINISTERIAL y servidora en clave sinodal, pasando de una “pastoral de visita” a una “pastoral de presencia” y donde existe la corresponsabilidad y el compromiso de un proceso evangelizador, desde una conversión permanente (Pastoral, Ecológica y Sinodal). Difícilmente tenemos comunidades cristianas. Lo que tenemos más bien, son asambleas litúrgicas. El trabajo pastoral se debe centrar por lo tanto en formar comunidades cristianas y desde allí, ver que ministerios se requieren para servir mejor a la comunidad. No quisiéramos servidores de los presbíteros, sino de la comunidad, evitando así mismo, clericalizar los laico-as.

Nos urge en esta perspectiva, conferir ministerios para hombres y mujeres de forma equitativa, a quien tenga la posibilidad, la madurez, la virtud y la formación adecuada y cuando se considere oportuno y por lo mismo, reconocer oficialmente servicios que ya se prestan o se podrían prestar, sean temporales o permanentes, como son: diáconos permanentes, reconciliadores, lectores, delegados de la palabra, traductores, catequistas, animadores de la comunidad, encargados de la caridad, ministros de la comunión, exorcista-sanador, narradores, cuidador de la casa común y muchos otros, que según los contextos o las necesidades se requieran en función de la misión. Hacemos una mención espacial al reconocimiento de las mujeres que de hecho ya prestan un servicio invaluable. De hecho, ya hay experiencias de Iglesias ministeriales que es necesario conocer, que podríamos evaluar y aprender de ellas, las cuales nos señalan un posible camino. Y en este sentido, afirmando, que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que desde las comunidades, se promueva la ordenación presbiteral de personas virtuosas, presentadas por sus mismas comunidades y respetadas por la misma.

Tenemos también el reto de promover y vivir una liturgia inculturada, como experiencia viva de la fe con signos y símbolos propios, garantizando el derecho que tiene cada bautizado-a a celebrar de forma plena, consciente y activa. Debemos más aun, preguntarnos, qué significa celebrar la eucaristía, particularmente en algunas comunidades y cómo lograr, que muchas de ellas, que no pueden celebrarla lo puedan hacer, sabiendo que tienen el derecho a ella.

3. OPCION PREFERENCIAL POR Y CON LOS INDIGENAS CON UNA PASTORAL PROPIA, RENOVADA, INCULTURADA Y EN DIALOGO INTERCULTURAL
Los gritos de los pueblos indígenas nos interpelan. Ante ellos no podemos callar y es necesario actuar. Debemos tener presente de manera particular la defensa y las luchas de estos pueblos por sus derechos, por el territorio y su demarcación y en la defensa de su modo propio de vida, de su cultura y su entorno, sin olvidar la realidad de los pueblos en aislamiento voluntario.

En estos contextos, como Iglesia, es necesaria una opción preferencial por lo indígenas, donde asumamos una PASTORAL INDIGENA renovada, que escuche, dialogue, esté encarnada y se viva en lo posible como presencia permanente, sin por ello, idealizar las comunidades y pueblos indígenas. Surge un desafío apremiante de una pastoral indígena en la realidad urbana.

Este desafío de gran importancia para la Iglesia, nos convida a acompañar a los pueblos indígenas creando equipos itinerantes que colaboren y aporten en garantizar los plenos derechos de estos pueblos y particularmente de aquellos que están en aislamiento voluntario, a su autodeterminación, a la defensa de sus tierras y a decidir el tipo de relación que desearían con terceros. Así mismo, requerimos consolidar una Teología India y ritos amazónicos, es decir, una teología y una liturgia con rostro indígena, a partir de las espiritualidades de los pueblos originarios y de sus experiencias religiosas y místicas.

Dialogo intercultural e inculturación no son términos excluyentes. Inculturación, encarnación, inserción u opción preferencial, no significa hacernos iguales a ellos, ni creer que ellos van a ser como nosotros. Cuando hablamos de la inculturación, no se trata tan sólo de aprender una lengua o de traducir unos textos, sino de comprender la vida de los pueblos y comenzar un dialogo o un poli-dialogo sincero y respetuoso, intercultural e interreligioso, haciendo énfasis en la interculturalidad como principio de acción, en el que estemos dispuestos a aprender de ellos y donde nos enriquecemos mutuamente.

4. UNA EDUCACION Y FORMACION PROPIA PARA LA AMAZONIA
En relación a la educación y formación debemos hacer propuestas alternativas, con responsabilidad social y cuidado ambiental, desde el conocimiento de familias y comunidades, con el fin de transmitir el saber tradicional, articulándolo la educación tradicional con la escuela institucionaliza, además de propuestas interculturales y bilingües, sea en la educación básica o superior.

Debemos desarrollar procesos de formación integral y permanente. Somos conscientes, que estos procesos de formación son lentos, nos exigen acompañamiento, revisión y cambios o transformaciones múltiples. Idealmente, deberían ser ellas y ellos mismos como pueblos, los más indicados para ser los formadores, desde las comunidades y desde la realidad que viven y a la que deben responder.

Nos preocupa particularmente la formación de los seminaristas, presbíteros y miembros de las comunidades religiosas, la cual debe ser permanente y una respuesta a las urgencias y desafíos que presenta la realidad de los territorios y de las mismas comunidades. Creemos que es necesario que los presbíteros crezcan en formación misionera, se transformen los seminarios en general o bien se constituyan seminarios indígenas, que respondan a la realidad amazónica, se creen institutos seglares de formación para los que quieren ser misioneros en la Amazonia, sin ser consagrados u ordenados y que se le dé un tratamiento equitativo tanto a las diócesis como a los vicariatos.

5. MIGRACIONES, REALIDAD Y PROBLEMÁTICA URBANA
Debemos ser conscientes de los diversos tipos de migraciones existentes en la Amazonia y hacia la Amazonia y las causas o factores de la misma, como también lo que podríamos denominar los desplazados forzados, debido fundamentalmente a conflictos de diverso tipo presentes en el territorio.

Como consecuencia de estas migraciones particularmente de los pueblos indígenas, tenemos la desintegración familiar, la pérdida de la identidad cultural, la marginación social, el rechazo por parte de la gente de las ciudades, donde llegan como extraños, son explotados, caen en estructuras violentas y criminales, en la prostitución, etc.

Tanto los territorios indígenas y rurales, como las ciudades, sufren una presión permanente a la que debemos estar atentos y dispuestos a actuar como Iglesia en conjunto, particularmente en las fronteras, definiendo el tipo de servicio que podemos prestar. Para ello, debemos entrar en diálogo con los gobiernos locales (gobernaciones, alcaldías, etc.), estudiar y proponer proyectos que tiendan a satisfacer las necesidades primarias de las comunidades.

Dicha realidad diversa, que no hemos atendido suficientemente, nos reta a dar una respuesta desde nuestras estructuras pastorales, con el fin de acompañar aquellos más vulnerables, con una pastoral adecuada a las circunstancias.

6. ESTRUCTURA ECLESIASTICA Y RUPTURA DE FRONTERAS
Debemos plantearnos la manera como nos hemos estructurado desde las parroquias, las Iglesias locales, nacionales, fronterizas y a nivel Pan-amazónico, donde difícilmente nos articulamos o creamos espacios sinodales. Es necesario por lo tanto, constituirnos como Iglesia en salida, que sea capaz de romper fronteras y crear redes de apoyo, solidaridad y acciones eclesiales comunes.

Pongamos las conferencias episcopales en horizonte amazónico y avancemos en provincias eclesiásticas amazónicas a nivel nacional. Proponemos un CONSEJO ECLESIAL DE LA IGLESIA PANAMAZONICA, que sea una estructura eclesial Pan-amazónica ligada al CELAM, que sea leve en alianza con la REPAM, que entre otras cosas, puede prestar un servicio ejecutivo, las Conferencias episcopales de los países amazónicos, las CARITAS, la CLAR y las Iglesias locales.

[01664-ES.01] [Texto original: Español]

Circolo Español “E”

Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. José J. TRAVIESO MARTÍN, C.M.F.
Moderatore:
 Sua Em.za Rev.ma Card. Óscar A. RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.

En el proceso sinodal se escuchó intensamente “el clamor de la tierra y de los pobres” (IL 4) al recoger la problemática ecológica y pastoral en la Amazonía. Esta escucha “de una Iglesia llamada a ser cada vez más sinodal” (IL 5) ha puesto a la Iglesia “en contacto con la realidad contrastante de una Amazonía llena de vida y sabiduría” (IL 5) y a la vez profundamente herida por “la deforestación y la destrucción extractivista” (IL 5). En el ver-escuchar atento de esta realidad la Iglesia percibió su llamado a ser cada vez más una Iglesia “samaritana y profética” (IL 5) mediante una “conversión pastoral (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium” (IL 5), una “conversión ecológica” (Encíclica Laudato si) y una “conversión a la sinodalidad eclesial” (Constitución Apostólica Episcopalis Communio” (IL 5). Ella acoge y vive este llamado en el “territorio amazónico donde no existen partes que puedan subsistir por sí solas y solo externamente relacionadas, sino más bien hay dimensiones que constitutivamente existen en relación, formando un todo vital. De allí que el territorio amazónico ofrezca una vital enseñanza para comprender integralmente nuestras relaciones con los demás, con la naturaleza, y con Dios (cf. LS 66)” (IL 21).

Por lo dicho:
1. Es necesario contemplar el inmenso conjunto de formas de vida en el planeta interrelacionadas todas entre sí, de manera que practiquemos una ecología integral y un modelo de economía solidaria, autosustentable, enraizada en el buen vivir amazónico, con formas de producción y consumo que mantienen la selva en pie conservándola y enriqueciéndola. Vale la pena proponer su modelo de agro-ecología bio-productiva y orgánica, beneficioso para comunidades indígenas y muchos pequeños productores, con menor impacto ecológico y mayor beneficio social.

2. La espiritualidad es la vida y corazón de los pueblos amazónicos. Su territorio lo consideran sagrado porque ahí se vive el “buen vivir” que es armonía con uno mismo, con la creación, con los otros pueblos y con el Dios creador. En su cosmovisión están presentes los cuatro elementos vitales: fuego, aire, tierra y agua; para llegar a la vida en abundancia. Se sienten creaturas que experimentan al Dios creador, así como experimentan el grito de la tierra y de los pueblos crucificados y la fuerza, luz y esperanza de Jesús resucitado. Por tanto, hemos de conocer, valorar y respetar la espiritualidad de cada pueblo. Y aprender de esta espiritualidad para impulsar la Iglesia con rostro amazónico.

3. La Iglesia, aliada de los pueblos indígenas, campesinos y urbanos en la defensa de la vida, de sus territorios y de sus derechos al agua, al aire, a la educación desde su cultura, a la seguridad alimentaria, a la salud y a la consulta previa, informada y libre para la explotación extractiva de sus territorios (OIT, 169), sabe que estos derechos muchas veces no se respetan. Por ello, nos parece útil proponer la creación de un observatorio socio – pastoral panamazónico en coordinación con el CELAM, las comisiones de justicia y paz de las diócesis, la CLAR y la REPAM .

4. Con atención particular a los Pueblos indígenas en aislamiento voluntario (PIAV), es preciso respetar su derecho a vivir como pueblos libres en sus territorios, y que se controlen las intromisiones de madereros, cazadores y de empresas extractivas para garantizar su salud.

5. En la Amazonía la migración en busca de una vida mejor ha sido una constante histórica. Hoy está creciendo por causas socio-políticas, económicas y por degradación ambiental. Con respecto a los jóvenes, articular un trabajo en red entre las conferencias episcopales para ayudarles en la búsqueda de vivienda, trabajo, escolaridad, salud e integración en las comunidades cristianas y parroquias; ofreciéndoles también protección frente al peligro de las organizaciones criminales, y organizando para ellos una pastoral juvenil urbana de acogida integradora (IL 69).

6. Desde la opción preferencial no excluyente por los pueblos indígenas, siendo ellos uno de los grupos más vulnerables (Cf. Puebla), la Iglesia se compromete a promover decididamente una Educación Intercultural Bilingüe de calidad para estos pueblos. A la vez incentiva una alianza en red de las universidades especializadas en ciencias de la Amazonía y una educación superior intercultural para los pueblos indígenas.

7. La sinodalidad es una dimensión constitutiva de la Iglesia. No se puede ser Iglesia sin un auténtico elemento sinodal, es decir, sin reconocer el sensus fidei del pueblo de Dios. Éstas y otras tareas de servicio que está llamada a realizar la Iglesia para cumplir su misión requieren de todos nosotros cambios. Hemos hablado de la necesidad de una conversión esencial a la experiencia sinodal. Caminar juntos, proponer juntos y asumir juntos las responsabilidades, para superar el clericalismo y las imposiciones arbitrarias.

8. En cuanto a la misión de la mujer en la Iglesia se propone instaurar un ministerio oficial de la mujer en la Iglesia (cf. IL. 129 a3), incentivando y favoreciendo participación en el liderazgo eclesial que no requiere el sacramento del orden; garantizándole también espacios cada vez más amplios y relevantes en el área formativa: teología, catequesis, liturgia y escuela de fe y política, mayor participación en la formación de los seminaristas (IL 129 c2). Retomar la reflexión teológica sobre el diaconado de la mujer en la perspectiva del Vaticano II (cf. LG 29, AG 16 IL 129 c2). Repensar la estructura ministerial de toda la Iglesia, gracias al estilo peculiar de las mujeres, de caminar con y para el pueblo. Valorar económicamente el trabajo eclesial de la mujer, garantizando así sus derechos y superando cualquier clase de estereotipo (IL 146 e).

9. Inculturación de la liturgia: conformar comisiones encargadas de preparar un rito amazónico, traducciones bíblicas en las lenguas nativas, así como favorecer y acompañar las expresiones de la piedad popular.

10. Promover una vida Consagrada evangélica y profética, intercongregacional, interinstitucional, con un sentido de disposición para estar donde nadie quiere estar y con quien nadie quiere estar.

11. Para que los frutos del sínodo pan-amazónico se hagan realidad, consideramos que es necesario constituir un organismo eclesial postsinodal, permanente y representativo de la Amazonía, adscrito al CELAM. Este organismo, con una estructura sencilla pero eficaz, será el cauce de los nuevos caminos de evangelización y ecología integral en la Amazonía y a su vez, el nexo que articule otras inicaitivas vinculadas a este fin. Tendrá como órgano ejecutivo la REPAM (Red Pan-amazónica).

[Texto original: Español] [Courtesy of the Holy See Press Office]
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Staff Reporter

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